Reconocimientos y premios Ana Frank al compromiso por la convivencia y la inclusión contra toda forma de violencia y discriminación

Teatro San Martín,
Buenos Aires.

Reconocimientos y premios Ana Frank al compromiso por la convivencia y la inclusión contra toda forma de violencia y discriminación

Teatro San Martín,
Buenos Aires.

presentación

Desde 2021, el Centro Ana Frank Argentina ha asumido el compromiso de representar y desarrollar en toda América Latina los proyectos que comunican el legado de Ana Frank. Esto nos da la posibilidad de amplificar nuestra misión, y de continuar difundiendo el mensaje de resistencia, esperanza y fortaleza escrito por Ana Frank en su diario, desde su escondite en “La casa de atrás” en Ámsterdam.

Los jóvenes guías voluntarios son el corazón del museo y lo más especial del Centro Ana Frank Argentina para Latinoamérica. Se comprometen a difundir el legado de Ana Frank y sus vidas se transforman en la tarea. En las visitas a Argentina he podido comprobar la importancia de su labor y la pasión con la que llevan adelante la tarea. La transmisión de la historia de jóvenes para jóvenes cobra una relevancia muy especial. Los interlocutores son pares y comparten los mismos códigos.

Los proyectos de escritura honran el legado de Ana de una forma única. En el Proyecto Periódicos los estudiantes afrontan una propuesta de escritura grupal junto a sus docentes. En el caso de los concursos literarios, incentivan tanto a estudiantes como a docentes a escribir cuentos, cartas, ensayos y poesías y de ese modo promover la esperanza.

La Red Iberoamericana de Jóvenes (RIJ) viene teniendo un gran crecimiento desde su creación a mediados de 2020. Funciona como un espacio de encuentro virtual y de formación para jóvenes de 15 a 23 años, representantes de 23 países que integran la comunidad iberoamericana, destacados por su sensibilidad social, la vocación de hacer oír su voz y contribuir a mejorar el mundo. Ya son 200 los jóvenes que han formado parte de este espacio. Los miembros de la RIJ son jóvenes interesados en difundir el legado de Ana Frank y en empoderar a otros jóvenes en la lucha por los derechos humanos en cada uno de sus países, volviéndose agentes multiplicadores de experiencias significativas que inspiren a sus pares a involucrarse y participar.


Ronald Leopold
Director de la Casa Ana Frank Amsterdam

Es probable que Ana Frank nunca haya escuchado hablar de Argentina. Y es menos probable aún imaginar que, 80 años después de que decidiera hacer de la lectura su gran aliada y de la escritura un inmenso acto de resistencia, su legado trascendiera idiomas y fronteras.

Hoy Ana cumpliría 95 años, y el Museo, creado en su nombre en la ciudad de Buenos Aires, único en América Latina, celebra sus 15 años.

Nuestro país, a pesar de estar alejado de las geografías de la Segunda Guerra, tuvo la primera sede del partido nazi fuera de Europa. Aquí llegaron miles de sobrevivientes de forma clandestina, y a su vez se recibieron miles de nazis, algunos de los más altos jerarcas, gracias a la colaboración de personas y entidades internacionales. Por todo esto, la figura de Ana Frank en Argentina se agiganta y nuestra misión adquiere dimensión.

Celebramos nuestro décimo quinto aniversario honrando con gratitud a quienes han acompañado nuestro crecimiento y a quienes con su accionar son emblemas de aquellos valores que sostenemos y defendemos. También, celebramos a jóvenes que desarrollan experiencias de responsabilidad social entre pares, quienes como Ana Frank creen en el valor de sostener en alto los ideales de una sociedad justa.

Merece un capítulo especial de reconocimiento el equipo de trabajo, y todos y cada uno de los integrantes del numerosísimo grupo de guías voluntarios que construyen día a día el Centro Ana Frank en América Latina. Reconocer y agradecer también es parte del legado de esta joven escritora.

Mauricio Szulman, a quien hoy rendimos homenaje, nos invitó a su casa para proponernos convertir su casona del barrio de Coghlan —conocida como la casa de Hilda— en un espacio de pedagogía de la memoria para jóvenes. Desde entonces, esta casa devenida en museo recibió cientos de miles de jóvenes a través de innumerables proyectos para nuestro país y para toda América Latina. Es un espacio donde la voz de los jóvenes se transforma en acciones concretas de inclusión social, convivencia en la diversidad y valores democráticos.

En un mundo convulsionado por el odio y la sinrazón que enfrenta pueblos enteros y quiebra sociedades, el Centro Ana Frank alza su voz por la paz, la solidaridad con las víctimas y el llamado a un mayor protagonismo de liderazgos pacifistas.

Nos convocamos en la celebración y en el reconocimiento para redoblar nuestro compromiso de sumar nuestras voces y nuestras manos para seguir con el legado de Ana Frank y “no tener que esperar ni un minuto para decidir cambiar el mundo”.

Lic. Héctor Shalom
Presidente para Argentina y América Latina
Fundación Ana Frank
Director Centro Ana Frank Argentina para América Latina

Con inmenso orgullo somos la representación en Argentina y para América Latina de la Fundación Ana Frank, creada por Otto Frank en los años 60. El objetivo: que en nombre de Ana se convocara a jóvenes de todo el mundo, para advertir acerca de las atrocidades de la guerra y trabajar juntos contra toda forma de violencia y discriminación.

El Centro Ana Frank es único en América Latina y forma parte del patrimonio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cada día, cientos de adolescentes y jóvenes reflexionan allí acerca de la convivencia en la diversidad como construcción colectiva. Se inspiran en el legado de una adolescente que, viviendo escondida y perseguida por el régimen más atroz de la historia de la humanidad, decidió dedicar su tiempo a la lectura y desde allí a la escritura: “No saben qué importantes son los libros para un escondido”.

Con su diario, Ana produjo el más contundente acto de resistencia que conozca la literatura y la más comprometida actitud frente a la hostilidad. Leer y escribir con Ana Frank se convirtió en una pedagogía de la esperanza.

El Centro Ana Frank es hoy un referente de la educación de pares, de la responsabilidad social de jóvenes para jóvenes y un desafío por la inclusión social. Un entusiasta grupo de guías del museo transmite emoción y pasión, convoca a la reflexión e invita a ocupar el lugar de protectores en la sociedad en que vivimos, así como los protectores de la familia Frank asumieron el compromiso de esconder y proveer todo lo que los escondidos necesitaban, durante más de dos años. Son adolescentes que relatan la historia de una adolescente, y con su actitud dejan una huella en los visitantes.

En su diario, Ana escribió que soñaba con ser periodista y escritora y que escribiría una novela relatando las vivencias de los escondidos, la cual llamaría “La casa de atrás”. 

Su padre, Otto, fue el único sobreviviente de los escondidos, e hizo realidad el sueño de su hija. Dedicó su vida a extender las fronteras del diario, y a responder a las miles de cartas que le enviaban jóvenes de todo el mundo. Las contestaba una por una y muchas las finalizaba así: “Espero que el libro de Ana tenga sus frutos en tu futuro, para que, en la medida de lo posible, trabajes para el acercamiento y la paz en tu entorno. Otto Frank.”

Mi sincero reconocimiento a quienes contribuyeron a profundizar y extender los valores de su legado y dar vida a sus sueños.


Sergio Torres
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
Presidente del Consejo Académico Asesor del Centro Ana Frank Argentina
para América Latina

Este aniversario nos reúne para honrar el legado de una joven que nos enseñó mucho sobre la importancia del otro y el valor de un libro.

Su diario escrito desde el dolor y la esperanza, se convirtió en un símbolo mundial de humanidad y resistencia, demostrando el poderoso instrumento que puede ser un libro para preservar la memoria y la verdad. La escritura es un arte maravilloso que nos permite dar testimonio de generación en generación, trascendiendo fronteras.

En un mundo donde la división y el odio siguen generando problemas graves y amenazando la paz, la valentía de personas como Ana Frank y sus protectores cobra más importancia que nunca. Enfrentamos grandes desafíos que necesitan la misma determinación que mostraron los héroes del pasado y la valentía de quienes están dispuestos a sacrificarse por la vida de otros. Son miles las personas que, en distintos momentos históricos, han dado un paso al frente para proteger a quienes son perseguidos y discriminados, sin importarles el peligro que puedan correr.

Como el padre de Ana, Otto Frank, que convirtió su diario en un libro y recorrió el mundo para sostener el legado de su hija, hay millones de personas y organizaciones que desde sus pequeños lugares de influencia contribuyen a hacer del mundo un lugar mejor. Son ellos quienes merecen nuestro reconocimiento, porque mantienen vivos los valores fundamentales que nunca debemos olvidar.

Hoy más que nunca tenemos que recordar el mensaje de esperanza y resistencia que Ana nos dejó. Por eso homenajeamos a quienes, con sus acciones, dan testimonio contra la injusticia y, a través de su valentía, inspiran a otros a seguir su ejemplo. Su incondicional entrega merece nuestro más profundo reconocimiento, y aspiramos a que estos premios sirvan como un estímulo para continuar la lucha por un mundo más justo y humano.

El futuro depende de que las nuevas generaciones abracen los valores fundamentales que nunca deben ser olvidados. Espero que estos premios sirvan para motivar y también como un recordatorio de lo importante que es que el amor, la comprensión y la igualdad prevalezcan sobre los discursos de odio.

Es por esta razón que hoy los premiamos y es por esto que estoy aquí comprometiéndome y compartiendo este momento de celebración.


Gabriel Hochbaum
Vicepresidente para Argentina y América Latina
Fundación Ana Frank